miércoles, 17 de febrero de 2010

Entrevista a una ex niña soldado


Leído, visto y oído en la página web de Amnistía Internacional

Menores soldados

María es ex combatiente colombiana. María fue reclutada con 12 años y a los 16 logró desmovilizarse. Lleva ya 9 años desmovilizada y en la actualidad colabora con la Fundación Benposta que lleva a cabo programas de reconocimiento de derechos fundamentales para niños y niñas y hace parte del Proyecto para la construcción de identidad de género con niñas y mujeres jóvenes afectadas por el conflicto armado colombiano.

"Te dan un arma y te obligan a matar a tu mejor amigo. Lo hacen para ver si pueden confiar en ti. Si no lo matas, le ordenan a él que te mate a ti. Tuve que hacerlo porque de lo contrario me habrían matado a mí. Por eso me salí, no podía resistirlo más".
Adolescente colombiano de 17 años que se unió a un grupo paramilitar cuando era un niño de la calle de 7 años.


Según datos de 2007 en al menos 24 países del mundo el reclutamiento para fines militares de niños y niñas soldados es una práctica habitual, a pesar de que su utilización vulnera los derechos de los menores y constituye un crimen de guerra.

La mayoría de estos niños y niñas son secuestrados, apartados de sus familias, sacados de las aulas o campos de refugiados a la fuerza y obligados a formar parte de las fuerzas combatientes del país.

En comparación con los adultos, los menores llevan a cabo actividades tan peligrosas como manejar armas o colocar minas y explosivos. Son utilizados como señuelos y sometidos a una rígida instrucción militar. Las niñas son víctimas, además, de esclavitud sexual, violación y otras formas de violencia sexual.

La participación de los menores soldados en los conflictos les acarrea graves secuelas psicológicas y físicas. El precio personal que pagan suele ser muy alto. A muchos menores les persigue el recuerdo de los abusos que presenciaron o se vieron obligados a cometer y quedan profundamente traumatizados por las experiencias vividas. A las niñas soldados, las agresiones sexuales les pueden ocasionar graves lesiones físicas o embarazos no deseados, así como el contagio del VIH u otras enfermedades de transmisión sexual.

Para la liberación de los menores existen programas de desarme, desmovilización y reintegración (DDR), pero las iniciativas siguen siendo insuficientes para tener un impacto real sobre el problema. La falta de financiación, combinada con la planificación deficiente y la tendencia a dar más importancia a la desmovilización que a los objetivos de reintegración a largo plazo, hacen que los menores tengan menos posibilidades de regresar a la vida civil con éxito.

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